El empleo es, en las sociedades modernas, la principal
vía de inclusión, participación y movilidad social, es un elemento esencial para garantizar la
igualdad de oportunidades para todas las personas y contribuye decisiva mente en
la participación plena de los ciudadanos en la vida económica, cultural y
social, así como a su desarrollo personal.
Uno de los objetivos básicos de la política de empleo de
trabajadores con discapacidad es su integración en el sistema ordinario de
trabajo o, si no es posible, su incorporación al sistema productivo mediante la
fórmula especial de trabajo protegido
UNA SOLUCIÓN POSIBLE. El derecho a ganarse la vida trabajando debiera
garantizarse para todos, al margen de que puedan o no generar dicha plusvalía.
No todos, tengan o no discapacidad, despliegan la misma capacidad productiva,
dependiendo ello no sólo de características personales sino también de las
condiciones en que trabajan, incluyendo los medios técnicos puestos a su
disposición.El Estado debería asegurar que las remuneraciones no sean inferiores a
la canasta básica familiar,
imprescindible para comenzar a romper el círculo vicioso entre
discapacidad y pobreza.
No hay comentarios:
Publicar un comentario