jueves, 29 de agosto de 2013

El empleo es, en las sociedades modernas, la principal vía de inclusión, participación y movilidad social,  es un elemento esencial para garantizar la igualdad de oportunidades para todas las personas y contribuye decisiva mente en la participación plena de los ciudadanos en la vida económica, cultural y social, así como a su desarrollo personal. Uno de los objetivos básicos de la política de empleo de trabajadores con discapacidad es su integración en el sistema ordinario de trabajo o, si no es posible, su incorporación al sistema productivo mediante la fórmula especial de trabajo protegido
UNA SOLUCIÓN POSIBLE. El derecho a ganarse la vida trabajando debiera garantizarse para todos, al margen de que puedan o no generar dicha plusvalía. No todos, tengan o no discapacidad, despliegan la misma capacidad productiva, dependiendo ello no sólo de características personales sino también de las condiciones en que trabajan, incluyendo los medios técnicos puestos a su disposición.El Estado debería asegurar que las remuneraciones no sean inferiores a la canasta básica familiar, imprescindible para comenzar a romper el círculo vicioso entre discapacidad y pobreza. 

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